domingo, 20 de mayo de 2007

Demasiado personal Historia de un imbécil

Habia una vez un imbécil muy imbécil que se equivocaba constantemente y era incapaz de darse cuenta y de enmendar el error. Pasaran los años que pasaran, este imbécil tan imbécil cometia los mismo errores y siempre hacia daño a su entorno. La figura del imbécil que era tan imbécil no se daba cuenta de lo que tenia y lo perdia al poco tiempo de poseerlo. Era tan imbécil que subia a un tren y se caia de la escalera, ese tren se paraba de nuevo y el de nuevo se caia. Seguramente el pobre era demasiado imbécil para darse cuenta que aquel tren no volveria a pararse y que tendria que ir a pata el resto de su vida. Lo único bueno que sacó el imbécil de esta penosa situación fue darse cuenta que sabia llorar, y que lo hacia constantemente desde que calló del tren y lo vió partir. Ese imbecil ya no sabe nada mas que llorar, y pensar que algún dia ha de dejar de ser imbécil para no hacer daño y disfrutar de las oportunidades que le ofrece la vida. Ese imbécil le diria al tren tantas cosas que cuando las dice ya suenan a estupideces, porque estupideces es lo unico que dice. El imbécil en el fondo solo quiere dejar de ser imbécil y subirse al tren que ya marchó. Como ya es imposible, en todo caso, levantará la mano para decirle adiós y esperar que el tren llege a su estación mas maravillosa del mundo

Ese imbécil soy yo, estoy escuchando Rachmaninoff y no se como parar de llorar.

PD: Lo siento por aquellos que quieran leer en mi pagina cosas sin sentido y se encuentren con lo que acaban de leer, pero estoy rozando la locura de la razón que no es mas que estar enamorado

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